domingo, 24 de noviembre de 2013

Capítulo 4º: "Can we start it all over again?"

And I will give you all my heart... So we can start it all over again.



-Continúa narrando Niall-


No sé por cuánto tiempo permanecimos abrazados. Pero, los minutos que fueran, no se comparan con cuánto la necesito y la necesité.

Sentirla allí, conmigo, en mis brazos… Luego de tanto tiempo, sin siquiera saber de ella. Es simplemente demasiado para mí. Y al mismo tiempo tan poco.

Poco a poco, su respiración se fue calmando, a la vez que las lágrimas dejaban de caer por sus mejillas. Finalmente, hizo un intento de abandonar el agarre que compartía conmigo, pero se lo impedí. La abracé más fuerte, dándole a entender que no quería romper ese abrazo, por el que había estado esperando tanto tiempo.

—No, Niall. Aléjate— habló con la voz ronca por haber estado llorando. Me separé de ella, mirándolo incrédulo, sin poder evitarlo. ¿C..cómo? Pensé que si me abrazaba, era porque pensaba lo mismo que yo, que… —Será mejor que te vayas.
—¿Qué?— pregunté, sin entender. ¿Estaba hablando en serio?

Sin decir algo más, se paró y comenzó a caminar hacia la salida de la cocina, evitando volver a mirarme. Por un segundo, me quedé parado, simplemente viendo cómo se iba a de allí. En mi mente solo se reproducía una pregunta. ¿Qué es lo que realmente quiere?

Porque, quizás yo estaba malinterpretando todo. Quizás, a ella simplemente no le interesaba el pasado. Quizás, tenía un mejor amigo ahora, alguien con el cuál podía contar. Y quizás, yo ya no le importaba.


Pero yo no me iba a conformar con un “quizás”.


—______, ¡espera!— exclamé apremiante, mientras mis pies se ponían en marcha. Necesitaba una respuesta ante tantas preguntas. Necesitaba recuperarla. Necesitaba explicarle. La necesitaba a ella.


Salí rápidamente de la cocina, encontrándome a Lina y Natalia, mirándome curiosas. No tuve que preguntarles nada; ambas simplemente señalaron con el dedo índice hacia la escalera. No lo dudé, y me lancé hacia ésta, subiendo los escalones de dos en dos. Al llegar al piso de arriba, alcancé a ver como un largo mechón de pelo castaño se perdía en el interior de una habitación, la que adiviné que era de ______. No tardé en llegar hasta allí, justo antes de que pudiera cerrar la puerta. Me precipité en el interior de su cuarto, haciendo retrocederla dos pasos hacia atrás. Quedé parado frente a ella, mirándola suplicante. Esta vez, su rostro estaba en blanco, sin demostrarme ninguna emoción, además del surco de lágrimas que antes corrían por sus mejillas.

—¿Qué quieres? —me espetó, antes de que pudiera decir nada. La miré, triste. ¿Aún  no entendía nada?
—Sabes lo que quiero.

Fijó sus ojos en los míos, estudiándome con la mirada. Siempre había sido buena interpretándome. Recuerdo que jamás necesitaba decirle lo que me pasaba; ella simplemente lo sabía. Rogué para que eso continuara siendo así, y pudiera darse cuenta de lo que sentía en ese preciso momento.
Luego de lo que me parecieron segundos interminables, volvió a hablar.


—No. —Fruncí el ceño, sin entender. —No tengo ni la más puta idea de lo que querés —pestañé, confuso. —¿Por qué, Niall? ¿Por qué volvés a cagarme la vida otra vez?

Nunca pensé que ocho palabras pudieran doler tanto.

—No te quiero cagar la vida…— comencé, buscando desesperado las palabras correctas en mi mente. —Yo sólo…
—¿Yo sólo, qué? ¿Qué pretendés? —habló, elevando la voz, a medida de que su enojo aumentaba. —¿Qué, te aburriste de tu mundo de fama? ¿Es eso? ¿O simplemente te pareció gracioso aparecerte en mi vida de la nada?
—¿Qué decís? —exigí, sin poder contener la creciente ira que empezaba a sentir. —¿Mi mundo de fama? —repetí, incrédulo.

Me miró, sin pestañear, cruzando los brazos. Bien, esto sería complicado.

—Mirá —suspiré, calmándome. No iba a ganar nada con gritarle. —No me estás entendiendo, ______.
—No, no lo hago.
—Bueno. ¿Me dejás que te explique? —arqueé una ceja, mirándola determinado. —Después, tomá tu decisión. Pero no me voy a ir de acá hasta que me escuches.
Sin relajar su rostro, movió apenas la cabeza, indicándome que dijera lo que tenía que decir. Suspiré, preparándome. Si no lo hacía bien, la iba a perder. Otra vez.

—¿Te acordás de la última vez que nos vimos? —pregunté. No me respondió, pero ya sabía su respuesta. —Siempre odiaste las despedidas, pero ese día me fuiste a despedir con nuestras familias a la estación de trenes, de todas formas. Estuvimos bromeando y hablando de cosas estúpidas, mientras esperábamos a que pasara el tren que me llevaría a Dublín. En un momento te pregunté si saldrías con James Taylor cuando yo me fuera, y tú te reíste y me dijiste “tal vez”. Lo recuerdo, porque luego estuve como una semana obsesionado con que, si llegabas a salir con él, volvería a Mullingar sólo para patearle la cara. En realidad, estaba obsesionado con la idea de volver a verte, lo demás eran todas excusas. El fin de semana siguiente luego de llegar a Londres, compré un pasaje a Dublin. Necesitaba estar contigo, te extrañaba muchísimo, y apenas hacía una semana que me había ido. Sin importar las audiciones, nada, tomé un taxi para ir al aeropuerto. Comencé a hablar con Steven, el taxista, y le conté toda nuestra historia, y lo que iba a hacer. ¿Sabes lo que me dijo? —no esperé una respuesta, mirándola. Ella mantenía su cabeza gacha, con sus ojos fijos en el piso. —Me dijo: “Tú tienes la oportunidad de empezar una nueva vida. Deja que ella tenga la suya.” Seguí su consejo, pensando en que si volvía, iba a ser la persona más egoísta del mundo. Ahora… —noté cómo la voz se me quebraba —sé que bajarme de ese taxi fue la cosa más estúpida que hice en mi vida.


Respiré hondamente, intentando calmarme. No quería romperme frente a ella, sólo quería que entendiera cuándo la necesitaba.
Alzó su cabeza, y pude ver cómo sus ojos brillaban. Estaba conteniendo las lágrimas.

—Eso —habló, con la voz entrecortada —no explica por qué estás acá.
—Acabamos de terminar la gira y queríamos tomarnos un descanso. Hablé con mi abuela, y me dijo que no vivías más acá. Extrañaba mi hogar y a mi familia, así que vi la oportunidad perfecta para volver —expliqué rápidamente, mientras las palabras salían precipitadas de mi boca. —Ahora sé que lo que quería mi abuela era juntarnos.
—Nunca me llamaste, Niall —no lo dijo culpándome, sino estableciendo un hecho. Y era cierto, jamás me puse en contacto con ella. Aunque ella tampoco lo hizo.
—Tú tampoco.
—Quería que vivieras tu nueva vida.
—Mi vida estaba acá, contigo.

Distinguí una solitaria lágrima descender por su mejilla derecha.

—Bien lo dijiste, estaba. Ahora, tu vida está en Londres. Vas a volver, y me vas a dejar otra vez. ¿En serio quieres hacer esto? ¿Qué todo pase de nuevo?
—No voy a cometer el mismo error dos veces.
—Eso no lo decides tú. Tienes una banda, representantes, responsabilidades, fans…
—¿Puedes dejar de pensar en los demás? —pregunté, intentando no exasperarme.
—Te vas a volver a ir.
—No por ahora.
—No quiero volver a ver cómo te subes a un maldito tren.
—No lo harás. —Di un paso largo hacia el frente, deteniéndome a poca distancia de ella. Sus ojos reflejaban todo lo que no decía, y, sin pedir permiso alguno, envolví mis brazos a su alrededor, hundiendo nuevamente mi rostro en su pelo. Recostó su cabeza en mi pecho, y supe que lo peor había pasado.
—Pasó mucho tiempo, Niall —musitó, contra mi camiseta. Asentí, aunque no pudiera verme.
—Tenemos un verano entero para recuperarlo todo.
Alzó el rostro, mirándome con sus enormes e increíbles ojos. —¿Puedes hacerme un favor?
—Claro —accedí, curioso.
—Hagamos de cuenta que nunca te fuiste. Quiero mi relación contigo tal cual la dejamos hace tres años. No quiero que nada cambie, a partir de hoy. ¿De acuerdo?
La miré, emocionado. —Tres años no van a arruinar esto —prometí, sintiendo como de pronto me quitaran una mochila enorme e invisible de mis hombros.


-Fin de su narración-

-Narras tú-


Después de poner todas las cartas sobre la mesa y decidir que no podía simplemente borrarlo de mi vida otra vez, estuvimos hablando un largo rato, buscando volver a acercarnos. Luego, Niall se fue a su casa, y yo bajé al living con Lina y Nati, que todavía seguían allí.

—¿Y? ¿Qué tal todo? —preguntó Lina, impaciente. Sonreí ampliamente, dándole la respuesta. Ambas no tardaron en abrazarme y canturrear como pendejas.
—Bueno, bueno, che. No me estoy casando —dije, para quitarle importancia al asunto. Se estaban volviendo locas.
—Me alegro mucho por ustedes, prima —habló Nati, luego de contarles todo sobre nuestra charla—. Son lo más lindo que vi en mi vida.
—Gracias, Nati. Yo también me alegro, no sabés cuánto… Y ahora, —sonreí, de excelente humor— ¿quién quiere ver un maratón de Pretty Little Liars?


-Fin de tu narración-

-Narra Louis-


Ya eran como las dos de la tarde cuando bajé, en busca del desayuno. O almuerzo. Lo que sea, moría de hambre.

—¡Bien hecho, hermano! —escuché la voz de Liam viniendo de la cocina, junto con el sonido de cacerolas y sartenes chocando entre sí. Genial, por fin alguien se dignaba a cocinar y dejar de pedir comida china…
—Lo sé, lo sé. Espero no echarlo a perder esta vez, viejo —era Niall el que hablaba. Irrumpí en la cocina, curioso por saber de qué estaban hablando.

—¿Qué cuentan, putos? —me senté en la mesada, dándole un mordisco a una rodaja de pan que había por allí.
—Niall arregló su mierda con la vecina caliente de al lado —habló Harry, sin darse vuelta, preparando quién sabe qué. Quizás pasta, debido al olor a salsa…
—¿En serio? —alcé una ceja en dirección a mi rubio amigo. —Me alegro hermano. Esa chica es jodidamente sexy.

Al instante de que las palabras salieran de mi boca, un pedazo de pan se estrelló contra mi cara. —No hables así de ______ —me advirtió, severo, Niall. Reí, quitándome el pan de encima.
—De acuerdo, no nos pongamos salvajes —bromeé, palmeando su espalda—. Te pegó fuerte esta mina, ¿no?
—Tú solo mantente alejado, Louis —me miraba con el ceño fruncido.
—No voy a hacerle nada que ella no quiera —dije, divertido. ¿Acaso vieron a esa chica? Simplemente no puede pedirme eso. Tengo todo un verano por delante para hacerle cambiar de opinión.
Suspiró, mirándonos a cada uno. —Lo es todo para mí. Manténganse lejos de ella, porque si la lastiman, los mato. ¿Entendido? —Dejó sus ojos suspendidos en los míos por un segundo más—. ¿Entendido, Louis?
Asentí, alzando las manos en señal de paz. —Tranquilo, idiota. Toda tuya.
Su cuerpo se relajó visiblemente, y esbozó una gran sonrisa. —Genial —exclamó, volviendo a ser el Niall de siempre—. Bo, Harry —el aludido volvió a darse vuelta, enarcando una ceja. —¿Falta mucho para la comida? ¡Muero de hambre!


-Fin de su narración-

-Narrador omnisciente-


Las tres chicas permanecieron en los sillones del living de ______, viendo el maratón de capítulos viejos de Pretty Little Liars que transmitía ABC Family. Dos horas más tarde, Lina y Natalia se fueron, dejando a la chica sola. Cómoda como estaba, siguió mirando la televisión, aún en pijama y con un tazón de palomitas en su regazo. El día, a pesar de estar en pleno verano, había estado completamente nublado y con algo de lluvia, por lo que ______ no apetecía salir –algo raro en ella- y esperaba a Niall, quién dijo que volvería más tarde.


Mona, sintiendo que alguien la observaba, giró despacio. A través del cristal empañado de la ventana delante de ella, divisó a Alison,  mirándola fijamente…


¿_______? —la chica se sobresaltó, muerta del miedo, al sentir una voz a sus espaldas. Se giró en seguida, viendo como el rubio –teñido- caminaba hasta ella, con las manos en los bolsillos, sonriendo.
—¡Me asustaste, Niall! —se quejó la chica, sacudiéndose de la ropa el pop corn que accidentalmente había tirado segundos antes—. ¿Cómo mierda entraste?
Su amigo rió, sentándose a su lado en el sillón. —La puerta estaba abierta —adoptó una expresión más seria —es peligroso que no cierres con llave, estando sola en casa…
—Me olvidé —dijo la castaña, quitándole importancia. Volvió su atención hacia la pantalla.
—¿Qué miras? —preguntó Niall, luego de estar varios minutos en silencio, sin entender sobre qué mierda se trataba lo que sea que estaban mirando.
—Pretty Little Liars —contestó ______, sin siquiera mirarlo, absorta como estaba con televisión.


Su mejor amigo de toda la vida, resignándose a que cualquier intento de conversación en ese mismo momento era en vano, se acomodó mejor en el sillón, dispuesto a ver la estúpida serie.
Pero, no es como si se lamentara. Después de tres años sin siquiera un mísero mensaje de texto, estar allí junto a ella viendo la tele era, definitivamente, increíble. Estuvieran viendo Phineas and Ferb, The Notebook o cualquier otra mierda. Solo importaba estar allí, con ella.


“-Tobby…
-Pretending not to love you was the hardest thing I’ve ever done…”

Sin poder evitarlo, más lágrimas cayeron por las mejillas de _____, como llevaban hacienda desde que Spencer se enteró de que Tobby “trabajaba” para A. Niall, intentando contener la risa, la estrechó entre sus brazos, mientras la chica se tapaba los ojos con las manos. Odiaba llorar en público, pero Niall no era un simple “público”. Y tenía que admitir que Tobby era su favorito de la serie.

—¿Es en serio? —preguntó Niall, entre divertido e incrédulo, mientras la castaña continuaba sollozando, negándose a mirar la pantalla.
—Tú cállate —gruñó esta, sorbiendo por la nariz y manchando de lágrimas por segunda vez en un mismo día, la camiseta del chico.
Éste volvió a reír, enternecido por su vulnerabilidad. —Hey, no llores… Además, el tipo este… ¿Tobby se llamaba? —la chica asintió contra su pecho, sin alzar la vista— bueno, Tobby es un idiota.
Aquello sirvió para que _____ dejara de llorar, y se enderezara, mirándolo con cara de pocos amigos—. ¿Qué fue lo que dijiste?
El rubio se encogió de hombros. —Simplemente, si yo fuera Spencer, lo hubiera mandado a la mierda.
—Oh, no. No acabas de decir eso —respondió su mejor amiga de toda la vida, parándose de pronto, molesta—. ¡Tobby solo quería protegerla!
—¿Protegerla? ¡La mina se volvió una psicópata! Qué buena protección que le dio…
—Horan, sos hombre muerto.


Niall se paró de un salto y comenzó a correr hacia la cocina, al mismo tiempo que ______. El chico conocía muy bien su arte de asesinarlo con cosquillas, y no quería volver a pasar por el mismo sufrimiento…
Entre risas y chillidos, ambos corrieron con toda la rapidez que podían… hasta que ______ se abalanzó sobre la espalda de Niall, provocando que los dos cayeran al suelo, justo antes de irrumpir en la cocina.


—Bien… —musitó ______, recuperando el aliento. Rodó sobre la espalda del chico, hasta quedar acostada en el piso, junto a él—. Eso fue… divertido.
El ojiazul bufó divertido, apoyándose en su codo derecho, de manera que quedaba enfrentado a ______. —Querer matarme no es divertido —puntualizó.
La castaña rió. —Si no hubieras insultado a mi novio, estarías a salvo…
—¿Tu novio? —repitió, burlón, fingiendo estar celoso—. ¿Cómo es que lo prefieres a él antes que a ?
—Ya sabes, los nombres que empiezan con “t” me pueden…
—Bueno, mi nombre no empieza con una “t” pero puedes conformarte con mi apellido.


Ambos alzaros el rostro, sobresaltados, encontrándose a Louis Tomlinson mirándolos con una sonrisita divertida, frente a ellos. La castaña fue la primera en reaccionar, parándose, claramente molesta.

—¿Y a vos quién te dio permiso para entrar? —exigió, sin apartar la mirada de esos ojos verdes y cautivantes… Una lástima que su dueño fuera tan ¿estúpido?
El ojiverde se encogió de hombros, claramente complacido de su reacción. —La puerta estaba sin llave.
—No puedes entrar por ahí como si nada, Lou —le recriminó ahora el rubio, parándose junto a _______. “Lou” rio una vez, y luego detuvo sus ojos en _____. Más precisamente, en sus esbeltas y bronceadas piernas, que dejaban mucho al descubierto. Y es que, la chica aún seguía llevando su “pijama”, constituido por bóxers y una remera que apenas le tapaba el culo… Todo un espectáculo para el más grande de la banda. El mundo entero sabía que su debilidad eran las piernas.

—Perdón, ¿interrumpí algo? —preguntó Louis con falsa inocencia, volviendo a dirigir su vista hacia los ojos de la chica. ______ no tardó en bufar, totalmente molesta con su presencia. Sí, el tipo estaba divino, le concedía eso. Pero el trato que le dio ayer, fue suficiente como para ponerlo en su lista de “personas que detesto”. Y estaba segura de qué él lo sabía, y se divertía con eso.
—Interrumpís mi existencia, Tomlinson. Así que —señaló la puerta— te vas.
—Oye, tranquila… —su expresión cambió, pasando a ser arrepentida. O mejor, fingiendo arrepentimiento. —Lamento lo de ayer, no debí…
—Sí, lo que sea —lo interrumpió—. Ahora, largo.
—Pero… —miró a Niall, pidiéndole con la mirada su apoyo. —Hermano, ¿me ayudas aquí?
Éste alzó las manos en el aire, negando con la cabeza. —Yo no me meto…— _______ le dedicó una mirada orgullosa, que el irlandés correspondió con una sonrisa boba. Louis rodó los ojos, imaginándose cuán largo sería el verano con este par de gansos.
—Bien, chicos, creo que me iré a bañar —en realidad, le hablaba solo a Niall—. ¿Vendrás luego?
Sonrió. —Claro, boba. ¿No oíste nada de lo que te dije hoy?
______ rió, feliz. —Bueno, nos vemos en un rato. —Se giró hacia Louis, que se divertía contemplando la escena. ¿Quién iba a decir que su vecina sería tan blanda? Al conocerla, alzó todos los carteles de “chica mala”. Y mirándola así, parecía toda una niñita… —Y tú, será mejor que no te vuelvas a aparecer por aquí —le advirtió, con ojos asesinos. ______ no era de esas chicas que olvidaban. Y no iba a olvidar lo idiota que fue Louis la noche anterior. Se divertiría un poco con eso, antes.
Ya me rogarás tú para que me meta en tu cama, pensó. —No te preocupes, linda. Nos vemos por ahí —sin más, le guiñó un ojo, y se encaminó a la puerta, demostrando con su andar que confiaba plenamente en sí mismo.
—Tú solo ignóralo —le recomendó Niall, antes de depositar un beso en su mejilla y repetir el camino de su amigo.


Una vez que ______ estuvo sola, subió las escaleras, para tomar una buena ducha. Antes de entrar al baño, pasó por su cuarto y tomó su celular, fijándose en que tenía 9 mensajes sin responder, y 8 llamadas perdidas. Resopló, y se sentó en la cama, dispuesta a revisarlo todo.


“¿Qué tal todo con Niall? Li y Nati me contaron, pero quiero escucharlo de vos. ¿Vuelven a ser amigos?” escribió Celia, dos horas antes. También tenía dos llamadas perdidas suyas.

“Puta, tenés que contarme TODO. ¿Qué pasó con el rubio? Nati me llamó. Ly” le mandó Nicole, seguido de tres llamadas perdidas y dos mensajes más:

“Perra, ¿qué hacés que no me contestás? ¡Necesito saber! Llamáme o te mato.”

“LA PUTA MADRE ______, HABLÁ”

“Natalia no me deja ir a verte porque dice que estás con Niall. Pero mañana te juro que estoy ahí para hacerte cantar todo, yegua egoísta. ¡A una amiga no se la deja con la intriga!”

Reí, antes de pasar al siguiente mensaje. Dios, Niki estaba loca.

“Fiesta el miércoles en casa de Cat. Invita a tus amigos. Xx” Tibbi le había mandado el mensaje; una chica de su clase. De su antigua clase, más bien. Porque, aún pareciéndole totalmente surrealista, _______ ya se había graduado. Lo que significaba que en octubre iría a la universidad, y aún no tenía la más puta idea de lo que quería estudiar.

“______, ¿vas a la fiesta de Cat?” le escribió su prima Nati.

“Boluda, me tengo que comprar algo para lo de Cat. ¿Me acompañás el lunes?” un nuevo mensaje de Celia.

Y, para sorpresa suya, tenía un mensaje de su madre, y tres llamadas perdidas suyas. ______ abrió la conversación con su madre, que estaba casi vacía. En el tiempo que no permanecía en su casa, rara vez hablaban…

“Hija, te llamé tres veces y no me atendiste. Era para decirte que esta semana no vuelvo a casa, así que nos vemos el próximo sábado, ¿está bien? Espero que estés pasando bien. Te extraño, xxx”

La castaña suspiró, y dejó el celular sobre la cama aún sin tender. A veces echaba de menos a su madre, Sara; nunca se había acostumbrado a la idea de verla tan poco. Pero, desde que su padre falleció cuando era solo una niña, Sara se había hecho cargo de su pequeña familia, trabajando 12 horas al día para que a su hija no le faltara nada. Y ______ no se lo reprochaba, pero odiaba la idea de saber que no tenía a su madre presente en su vida. Es decir, la mujer solo estaba dos días a la semana con ella. ______ odiaba eso, pero entendía que lo hacía por el bien de ambas. Y eso era lo que más le molestaba. Perder a alguien, sin en realidad perderlo. Le recordaba que su vida estaba llena de pérdidas. Su padre, su mejor amigo…

Aunque, quizás esta vez la historia fuera diferente para ellos dos. Quizás podría recuperarlo, recuperar todos los años perdidos. Ir en contra de lo que _____ había creído toda su vida: “Nada nunca ocurre dos veces en la vida. Lo que se perdió, se perdió. Y lo que se encontró para luego ser perdido, nunca tuvo intenciones de ser encontrado.”


-------------------------------------------------------------------------------------------------
HIII, NUEVO CAP :)))) ESPERO QUE LES HAYA GUSTADO. Y HACE BASTANTE QUE NO SUBÍA ACÁ, ASÍ QUE MIL PERDONES POR LA TARDANZA. PASA QUE EL 3 DE DICIEMBRE TERMINO LAS CLASES, Y ESTOY CON TODOS LOS PARCIALES. Y TENGO QUE ESTUDIAR MUCHO, PORQUE EN LA ÚLTIMA ENTREGA DEL CARNET (BOLETÍN) ME FUE COMO EL CULO. Y SI NO ME PONGO LAS PILAS ESTOS ÚÑTIMOS DÍAS, ME LLEVO COMO 4 MATERIAS A EXÁMEN Y LA VERDAD QUE CERO GANAS DE ESTUDIAR EN EL VERANO. ASÍ QUE NADA, ME HE PASADO CON LA CABEZA ENTRE LOS LIBROS PRÁCTICAMENTE. UNA MIERDA, SÍ. PERO LO BUENO ES QUE CUANTAS MÁS MATERIAS SALVE, MÁS TIEMPO DE ESCRIBIR TENGO EN LAS VACACIONES. ¿VEN? HAY QUE VERLE EL LADO POSITIVO, AH. Y NADA, LES COMENTABA ESO. RECEMOS PARA QUE NO ME VAYA A MUCHOS EXAMENES, JAJAJA. LO SÉ, SOY UNA CHOTA.
EN REALIDAD ESTE CAP LO TENGO ESCRITO HACE BASTANTE, PERO NO LO HE PODIDO SUBIR ANTES. ESPERO QUE LES GUSTE, Y QUE SIGAN LEYENDO LA NOVE A PESAR DE TODO :)))
NI HABLAR QUE APENAS TERMINE LAS CLASES, SUBO MARATÓN.
OJALÁ LES HAYA GUSTADO EL CAP, ME VINO LA INSPIRACIÓN Y BUENO, SALIÓ LO QUE SALIÓ. COMENTEN Y DÍGANME QUE LES PARECIÓ<33
LAS AMO MUCHO!!!!
NATY.

PD: TENGO UNA NOTICIA ALGO TRISTE: LA NOVELA DE HARRY TERMINA ESTE AÑO. O SEA, FATAN POCOS CAPÍTULOS. UNOS DIEZ, O MENOS. LES VOY AVISANDO PARA QUE SEPAN. PERO, APENAS LA TERMINE SUBO UNA NUEVA. QUE SEGURAMENTE SEA DE ZAYN. ¿USTEDES QUÉ DICEN? ¿LA LEERÍAN?



viernes, 20 de septiembre de 2013

Capítulo 3º: ''Fear''.






Él.

No, no podía ser.

¿O sí?

Me di la vuelta lentamente, sin entender del todo lo que estaba ocurriendo, o qué estaba haciendo yo.

El cable que sostenía mi mano, calló.

Y sentí que mi cabeza, mi corazón y toda yo, también.

                                                         

_______(tu nombre) oí, muy lejanamente, cómo susurraba mi nombre. Lo que sirvió para darme cuenta de que esto no era un sueño. Es real. Demasiado real como para ser verdad. Como para comprenderlo. Como para poder asimilarlo. Directamente, como para poder hablar.

Parpadeé, e instantáneamente mis ojos viajaron a los suyos. Aquellos, de un color tan azul como el cielo y el mar juntos. Que me observaban de la misma manera que yo lo hacía. Con sorpresa, aprensión, incomprensión y felicidad al mismo tiempo.

Pero lo más importante, con miedo.

Creo, que lo único que puedo sentir ahora, es eso. Miedo. Tengo miedo. No sé por qué Niall Horan está frente a mí en este momento. Y me asusta saber la respuesta. Quizás no la quiera saber. Porque, al fin y al cabo, eso es lo que hago con todo. No quiero respuestas. No en este momento, no ahora. No quiero ilusionarme, ni crear falsas esperanzas.

No quiero nada.


Sin decir si quiera una palabra, me di media vuelta y salí corriendo de allí, hacia la salida. Nadie me lo impidió ni se interpuso en mi camino. Tampoco es como si hubiera podido notarlo. En este momento, por mi mente solo pasaba una cosa: Niall.

Todas y cada una de las cosas que vivimos. Desde las estupideces, hasta los momentos más importantes. Todo. Todo aquello que había guardado muy en el fondo de mi corazón, en un baúl cerrado con llave. En donde se encontraban todas las cosa que habían marcado mi vida, y que nunca más volverían.

Y había perdido esa llave tres años atrás.


Sin ver muy bien por donde iba debido a las lágrimas, llegué hasta mi casa. Entré, odiándome por permitir que mis amigas me vean llorar. Odio que la gente me vea débil. Porque eso es lo que soy. Alguien débil, jodida por muchísimas cosas, que se crea paredes irrompibles para que no dejar entrar ningún tipo de sentimientos. Y ahora, ya no había ninguna pared, una cantidad infinita de emociones me atravesaban, decenas de lágrimas no dejaban de correr por mis mejillas y ni siquiera sabía por qué.

— ¡______(tu nombre)! ¿Pero qué pa...?


No me molesté en fijarme quién hablaba. Simplemente, seguí mi camino hacia las escaleras, ignorando las incesantes preguntas de mis amigas. Lo único que necesitaba era estar sola.

Una vez en mi cuarto, cerré la puerta con seguro, y me desplomé en la cama. Sentía como las chicas golpeaban mi puerta, llamándome, preocupadas, sin entender una mierda. Lo que al menos me hacía sentir mejor; no era la única que no sabía qué demonios había sucedido.

Más lágrimas seguían cayendo por mis mejillas, y aún no le encontraba una explicación a eso. Ni siquiera estaba triste. Era como si en mi mente hubiera un vacío, totalmente en blanco.

Un vacío únicamente ocupado por Niall.

Volverlo a ver, después de tanto tiempo... Fue como abrir una herida que ya había cicatrizado hace tiempo. Pero tan profunda e importante, que al más mínimo contacto, había vuelto a sangrar. Él ya estaba fuera de mi vida. Me ocupé de hacer que así fuera, y estoy segura de que él también. Lo había superado, lo había olvidado, lo había desplazado de mi mente. Había aprendido a aceptar que ya no compartiría más nada con él, que ya no seríamos mejores amigos, casi hermanos. Y estaba bien con eso. Lo juro.

Pero, luego de todo este tiempo. Después de tres años. Tres putos años sin saber el uno del otro, ¿aparece frente a mí, como si nada? ¿Como si yo no me fuera a quebrar? ¿Como si no hubiera ninguna llave que encerrara nada?

Como si no pasara nada.

Y así, con ese maldito pensamiento y su rostro en mi cabeza, me dormí.

-Fin de tu Narración-

-Narra Nati-

—¿Qué hacemos? — preguntó Celia, angustiada al ver que nuestra amiga no abría la puerta. Así estábamos las cuatro: golpeando su puerta desde el otro lado del pasillo, sin saber qué mierda había pasado. Podía oír el llanto de _____(tu nombre) desde donde estábamos, y eso lo hacía mucho peor.
Luego de ver a mi prima encerrarse en su cuarto llorando como una desquiciada, no sabía qué hacer. Ni qué pensar. Es decir, ella había ido a la casa de los británicos, ¿no? Algo había pasado allí. Algo malo. Porque, veamos, estamos hablando de ______(tu nombre). Jamás llora.

—Ustedes quédense acá y convenzan a _____(tu apodo) de que salga, y yo voy a lo de los británicos a ver qué pasó— anuncié, encaminándome hacia las escaleras. Niki me siguió, y juntas salimos a la calurosa noche de Mullingar.

—¿Vos qué pensás que pasó? — me inquirió, mientras atravesábamos el camino que conducía a la acera, y ésta, a su vez, a la casa de los tipos.
—No sé boluda, pero algo malo pasó ahí— una fuerte idea estaba comenzando a aparecer en mi cabeza, por lo que me detuve en seco. —Y sí…
—¿No estarás pensando en…?— ambas estábamos pensando en lo mismo, podía notarlo en sus ojos. Mierda. —No creo, es decir… Recién se mudaron y…
—¿Y? No creo que eso les importa— fui directa. Ahora, el miedo y la furia estaban comenzando a nublar mi cabeza. No, no podía ser. ¿O sí? Quisieron abusar de ella.
—La puta que los parió, negros de mierda. Tendríamos que haberle dicho que no fuera, ¡somos unas idiotas Natalia!
Me estaba empezando a poner nerviosa. Habían querido abusar de mi mejor amiga, y  seguramente eran más grandes y fuertes y todo más que nosotras. Mierda.
—Pará Nicole, pará. Hay que pensar bien lo que vamos hacer…
—¿Pensar? Pensar un carajo, boluda. Vamos a dejarlos sin hijos— me aseguró, sin ponerse a pensar mucho en lo que podía pasar. Aunque no la culpo. Iba a matar a esos malnacidos.
—Entonces, mejor nos apuramos. Quiero reventar unas cuantas bolas— hablé furiosa, dejando las dudas de lado. Ambas retomamos el paso, esta vez, demasiado rápido. Con nuestra amiga, no. Después de todas las mierdas que había pasado en su vida, no. Se iban a quedar sin pelotas, lo juro.

Llegamos a la entrada de su casa –por cierto, de su enorme casa- y comenzamos a aporrear la puerta, furiosas, sin obviamente pensar mucho en lo que estábamos haciendo. Es decir, íbamos a encarar a tres tipos que, por lo que nos contó mi prima, estaban en  muy buena forma. Y, sumándole el hecho de que habían querido abusar de ______(tu nombre)… Bueno. Somos adolescentes. Y los adolescentes son impulsivos. Fin de la historia.


—¿¡Pero qué mierda pasa acá!? — la puerta se abrió de golpe, dejándonos ver a dos tipos altos y grandes, que nos miraban entre molestos y llenos de confusión.
—¡Qué mierda les pasa a ustedes, chupapijas! — Comenzó Niki, totalmente enojada— ¡Los vamos a denunciar! ¡Van a ir directo a la cárcel por putos, se los juro! ¡Y….
—¿¡Eh!? — habló el chico de ojos verdes y rulos, desencajado. —¿IR A LA CÁRCEL?
—¡IR A LA CÁRCEL POR QUERER ABUSAR DE UNA MENOR, IMBÉCIL! — no me contuve, y le grité con todo el odio que podía. —DEGENERADO DE MIERDA, SI NO SE PUEDEN CONSEGUIR UNA BUENA CONCHA POR TENER LA PIJA DEL TAMAÑO DE UN MANI ES SU PUTO PROBLEMA. VAN A IR EN CANA, POR ENFERMOS MENTALES, TE LO PROMETO.
—¿PERO DE QUÉ HABLÁS RETRASADA? ¡ESTÁN MAL DE LA CABEZA, VAYANSE A TRATAR PELOTUDAS! — nos gritó, fuera de sí, el otro chico. Un castaño, de ojos verdes y celestes, abiertos de par en par.
—¿¡Y ENCIMA TE HACÉS EL IDIOTA, PAJERO!? — le tocó a Niki putearlo— MI PADRE ES JUEZ PENAL Y TE JURO QUE TE VA A DAR SENTENCIA DE POR VIDA. POR PITO CORTO— en otras circunstancias, me hubiera reído ante ese último insulto. Se fue al carajo, como la amo.
—¡NI SIQUIERA LAS CONOCEMOS, ENFERMAS! — gritó exasperado el castaño.

Ya me iba a preparar para mandarlo a la mierda nuevamente, cuando apareció otro chico detrás de él. Castaño, de pelo corto, con ojos cafés con un poco de miel, y un claro signo de interrogación en su rostro.

—¿QUÉ CARAJO ESTÁ PASANDO ACÁ? — preguntó, sumándose a el griterío. Genial. Uno más.
—¿VOS TAMBIÉN? ¿CUANTOS MONOS SON, DEGENERADOS?
—¿EH? ¿ESTÁS LOCA, NENA? ¿ESTAS DROGADA O QUE?
—DROGADA LAS PELOTAS, ¡DEJARON A MI MEJOR AMIGA MAL! — Les informó Nicole, con la cara toda roja— LOS VOY A DENUNCIAR AHORA MISMO.
—¿PERO DE QUE HABLAS TARADA? ¡NO CONOZCO A NINGUNA AMIGA TUYA!- le volvió a gritar desencajado el chico con rulos.
—¡NO TE HAGAS EL IMBÉCIL, SABES MUY BIEN DE Q…

—¿PUEDEN CALLARSE DE UNA VEZ? ¡NIALL ESTÁ MAL, IDIOTAS!- gritó alguien, desde el interior de la casa. Lo que sirvió para que todos nos callásemos y nos mirásemos entre sí. Bueno, yo solo miraba a Nicole. Parpadeando, e intentando procesar la información que acababa de entrar en mi cabeza.

….¿Niall? ¿Aquí?

—¿Qué está pasando? — dijo una voz a lo lejos. Segundos más tarde, la puerta se abrió a tope, dejándonos ver a otro chico parado junto a los que supongo que son sus amigos. Tenía el aspecto de no haber dormido por horas, con los ojos inyectados en sangre y rastros de lágrimas en sus mejillas. El pelo, rubio –teñido- con algunas entradas morochas, se alzaba en lo alto de su cabeza. La piel, en su mayoría clara, a excepción de sus mejillas coloradas. Y sus ojos, grandes, azules, profundos. ¿Hace cuanto que no veía esos ojos? Tres años, ¿quizás más?

—¿Niall? — escuché como hablaba Nicole, a mi lado. Su mirada cayó en ella, y luego nuevamente en mí. Nos había reconocido, y la comprensión comenzaba a disipar toda la bronca que yo tenía encima, y creo que Niki estaba igual. —¿Niall Horan?
—¿Nicole? — preguntó, solo para cerciorarse. Es decir, después de haber conocido a alguien gran parte de tu vida, es difícil olvidarte. —¿Natalia?
—Niall— dije, porque no sabía qué más decir. Es todo muy raro.

—¿Qué, conoces a estas enfermas? — habló el castaño de rulos, mirándonos con cara de asco. La cara que le ofrecimos los tres sirvió para que mirara hacia otro lado, incómodo.
—¿Qué hacen acá? — habló Niall, sorbiendo por la nariz. Había estado llorando, y el motivo de eso aparecía en mi cabeza como un gran letrero de neón. Ahora entendía todo.
—¿Qué hacés vos acá? — preguntó Nicole a su vez, en voz baja. Todo esto nos sobrepasaba, creo yo, a los tres.
Se encogió de hombros. —¿Co… cómo está _____(tu nombre)? — preguntó al fin, pasándose la mano por el pelo, nervioso.
—¿Cómo te parece? — le espetó con desprecio mi amiga. La cual estaba en todo su derecho, obviamente. —Está llorando como una loca encerrada en su cuarto. Pensamos que tus amigos habían querido abusar de ella, vinimos a putearlos, y nos encontramos contigo, después de todo este tiempo. ¿Cómo te parece que pueda estar mi amiga?
—¿Está llorando? — se alarmó. Pareciera como si solo hubiera escuchado eso. Suspiré, y supuse que yo tendría que ser la comprensiva de nosotras dos. Niki ya había adoptado el papel de no-me-importa-tu-mierda en esto.
—Está mal, y por lo que veo tú también. No lo entiendo. ¿Por qué volviste de pronto a Irlanda? — me miró apenado, como si supiera que se había mandado la cagada de su vida.
—Es una larga historia— se limitó a decir, mirando expectante para la casa de al lado, o sea, la casa de _____(tu nombre). Suspiré.
—No te recomiendo hablar con ella ahora— le advertí, anticipando sus intenciones. Había compartido con él bastante, como para saber lo que quería hacer. Quería ir a hablar con ella, y no es una buena idea. Para nada. No ahora… ni en los próximos días.
—Obvio que no vas a hablar con _____(tu nombre) — aseguró Niki, mirándolo feo. —Ya bastante tuvo por hoy.
—Epa, no le hables así a mi amigo, nena— saltó el castaño de rulos a defenderlo.
—Le hablo como se me canta la gana, imbécil.
—¿Imbécil? Decime así de nuevo, perra.
—Bueno, chicos… mejor nos calmamos…— intervino el otro, el de ojos celestes, sin lograr nada. No tenía idea de cómo era el pibe, pero a Nicole, no la para nadie. Si sabré yo…
—Perra tu madre, tarado— ¿ven lo que les digo?
—Nicole…
—¡Este forro me está insultando!
—Harry, basta. Vamos adentro— el ojiazul comenzó a tirarle del brazo, consiguiendo que el tal Harry aflojara. Finalmente, luego de uno o dos insultos más, ambos se fueron para adentro de la casa, dejándonos a Niall, Niki y yo fuera.

—Disculpame que te diga Niall, pero tu amigo es un pajero— le espetó, furiosa. Reí internamente, al ver su cara.
—Bueno, Niki, ya está… ¿Por qué no vas a ver si _____(tu apodo) ya salió? — pregunté, para tranquilizarla un poco. Juro que es capaz de meterse en la casa y reventar a ese Harry.

Rodando los ojos, se encogió de hombros y comenzó a caminar en dirección a la casa de mi prima. Pero antes, volteó, y mirando a Niall dijo: —Y vos, ni se te ocurra ir a hablarle a mi amiga ahora. Que no te dé la cara, rubio. —Y sin más, se fue.

Suspiré, aliviada. —En cualquier momento se agarraban a trompadas— bromeé, para aligerar el ambiente. Sin embargo, lo único que conseguí fue que Niall mirara nuevamente hacia la casa de _____(tu nombre). —No, Niall. No tenés que ir ahora— le advertí, adivinando sus intenciones.
—Solo quiero hablar con ella, explicarle, no sé…. Te juro que no sabía que iba a estar acá. Menos que iba a ser mi vecina. No lo sé, yo solo… —se agarró la cabeza con las manos, como desesperado. —Yo solo quería irme de vacaciones con mis amigos. Después de la gira y todos los shows y la película, necesitábamos un descanso…
—¿Y justo tenías que venir a Irlanda? — pregunté, obvia, pero intentando ser amable. Entendía que él tampoco la estaba pasando bien.
—¡Es que no sabía que ella iba a estar acá! — exclamó, mirándome con expresión desesperada. —Hablé con mi abuela y me dijo que ya no vivía más acá, que había perdido contacto con ella, q…que…
—¿Eh? ¿Con Polly? — inquirí, confundida. ¿Es joda? Si Polly aparecía cada dos por tres por el barrio a ver como andábamos.
—¡Sí! Extrañaba mi país, y como ella no estaba viviendo acá… ¡yo que iba a saber!
—Bueno, ta, calmáte…. ¿Me estás diciendo que Polly te dijo que _____(tu nombre) ya no vivía acá? —asintió con la cabeza, mirándome con cara de ‘sos hueca o qué’. —Bueno, te cuento que tu abuela y _____(tu nombre) se ven cada tanto y charlan de todo un poco… Por si te interesa, nomás— le informé, alzando una ceja. Imitó mi gesto, anonadado.
—¿Me estás jodiendo? O sea que mi abuela sabía.
Re sabía— lo corregí.
—La voy a matar— me aseguró, cinchándose del pelo, nervioso.
—La amo, pero te apoyo— bromeé, lo que hizo que sonriera un poco. —No te enojes con ella. Quiso hacerte un favor…
—El peor favor del mundo, Natalia— dijo, convencido, mirando nuevamente la casa de al lado.
—O el mejor. Eso lo deciden _____(tu nombre) y vos.


                                                        


-Fin de su narración-

-Narras tú-

Me desperté gracias a mi reloj biológico, avisándome que si no iba al baño ahora, mojaría la cama.
Aún medio dormida, arrastré mis pies hasta el pasillo y entré en la segunda puerta a la derecha, o sea, la que estaba al lado de mi cuarto.

Una vez hacer lo que se supone que uno hace cuando se sienta en el inodoro (wáter, retrete, sanitario, etc), me lavé los dientes y la cara y bajé las escaleras, ya un poco más despajada.

Aunque no sé si fue una buena idea.

Sentados en mis sillones, de mi sala de estar, de mi casa, estaban Niall, Nati y Lina.

Mierda.

—¿Qué, hay fiesta en mi casa? — intenté bromear, sin poder evitar que mi voz se quebrara en la última palabra. Aún me costaba ver a Niall en persona. Me costaba mucho.
—_______(tu nombre)… — éste se paró, dando dos pasos hacia adelante. Aparté mi mirada de él, y me apuré a entrar en la cocina. Escuché sus pasos, y a Natalia que le decía en voz baja que esperaba. Suspiré, sentándome en uno de los bancos de la cocina, y metiendo mi cabeza entre mis manos. Esto va a ser difícil, dios.

—_______(tu apodo)… ¿cómo dormiste? — escuché la voz de mi prima, quién me había seguido hasta la cocina. Bufé, sin levantar la cabeza.
—Como un angelito— mentí. Me desperté mil veces de noche, y no hice más que llorar. Estaba muerta, mental y físicamente.
—Escuchá…-comenzó, lo que ambas sabíamos que iba a decir. —Hablen.
—Nati, no. No ahora.
—Por favor, te prometo que vas a estar bien— me aseguró. Resoplé; odiaba esa frase de mierda. Estar bien. ¿Quién está bien, al fin y al cabo? Siempre pasa algo que altera las cosas, siempre.
—No entiendo qué carajos hace acá.
—¿Y qué te parece qué está haciendo? Está sentado en tu living desde las nueve de la mañana, esperando para hablar contigo. ¿Sabés cuántas veces lo tuve que frenar para que no te fuera a despertar? Ocho. Las conté y todo.
—Qué lástima, porque yo no quiero hablar de nada— zanjé, convencida de mis palabras. No quería hablar ahora, no cuando ni siquiera podía aclarar mi mente. No quería volver a llorar, ni mucho menos delante de él. No quería ser la débil _____(tu nombre) otra vez.
—¿Por qué no? — inquirió, con voz calmada. —¿No lo extrañás? ¿No querés darle un abrazo? ¿No te importa cómo se siente?
—¡Claro que sí! Lo amo, Natalia, ¿entendés? Pero ya hubo una despedida. Y no quiero que haya una segunda. Ya lloré mucho, con él y sin él, y no quiero hacerlo más. ¿Por qué te pensás que volvió a Irlanda? Porque se nota que le importa una mierda lo que yo sienta. Sabía que iba a estar acá y volvió. Se mudó a la casa de al lado. Lo voy a ver todo el verano, y es lo que más quiero en el mundo. Pero me niego a hablar con él. Me niego a ilusionarme, porque sé que se va a volver a ir, va a desaparecer del mapa como ya pasó una vez, y yo me voy a quedar con todo guardado. No, Nati. No quiero eso para nada.

No me percaté de que estaba llorando, hasta que terminé de hablar. Me insulté mentalmente, maldiciendo el que mi prima me viera llorar. Odio eso con toda mi alma.

Hizo un amague de abrazarme, pero negué con la cabeza. Quería estar sola, y ella lo sabía, por lo que salió de la habitación, no sin antes decirme que no le gustaba verme llorar. Ajá, como si a mí sí.


-Fin de Tu Narración-

-Narra Niall-

A pedido de Natalia, me quedé esperando en el living de la casa de ______(tu nombre), mientras ellas dos hablaban. Obviamente esta no era la casa en la que había vivido _____(tu apodo) toda la vida, sino que se había mudado. Era mucho más grande y cara… Pero a mi me gustaba más la otra. Definitivamente. Allí pasé gran parte de mi vida, jugando, durmiendo, comiendo… Con ella.

Ella. _______(tu nombre). Cuánto había cambiado todo, ¿no?

Había crecido mucho desde la última vez. No era la misma chica que conocí toda mi vida, sino alguien más adulto, grande, sexy. Pero sobre todo, me refiero a cuánto cambió todo en menos de 24 horas.

Yo, quién había vuelto a Irlanda por mis vacaciones, me encuentro con que la persona que más quiero en este mundo junto con mi madre, vive al lado de la casa que alquilé con mis amigos. Esa persona, no quiere hablarme, y no entiendo por qué. Y, tengo unas enormes de abrazarla, como si nunca me hubiera ido, como si siempre hubiera estado acá.

Pero está el hecho de que no quiere mi abrazo. No quiere ni hablarme. No quiere nada de mí, y yo todo de ella. Quiero recuperar el tiempo, los años, todo. Quiero que sea como antes. Quiero…

La presencia de Natalia, la prima de _______(tu nombre), en la sala, me alejó de mis pensamientos. Ella también había crecido bastante; recuerdo cuando íbamos al colegio juntos y aquella vez en que le había pedido que fuera mi novia, a los seis años, solo para molestar a ______(tu nombre). La matada en el culo que me gané por parte de mi mejor amiga ese día fue enorme, y eso que era una nenita dulce e indefensa… O no tanto.

—¿Y? ¿Voy? — pregunté, refiriéndome a si podía ir a hablar con ella. A pesar de que la entiendo –o bueno, no. No entiendo por qué carajo no puedo hablarle- me pone de los nervios tenerla a menos de veinte metros y no poder abrazarla. ¡Tres años! Tres años fuera de mi vida, y ahora que había vuelto, no podía ni acercarme. Parece joda.
Me miró dudosa. —Está llorando, y creo que es mej…— no escuché lo que me decía, porque mis pies ya se estaban moviendo hacia la cocina. No iba a permitir que llorara, no por mi culpa, ni por la culpa de nadie. Bastante sufrió en su vida ya. Mierda, mierda, mierda.


—…¿_____(tu nombre)…? — pregunté, dudoso, mientras abría la puerta. Estaba sentada en uno de los bancos de la encimera, con la cara entre las manos. Al escucharme, alzó el rostro, dejándome ver lágrimas cayendo por sus mejillas.

Me odié a mí mismo. Siempre, siempre, odié verla llorar. Y saber que esto era por culpa mía, se sentía como el culo.

Me acerqué rápido hasta dónde estaba ella, ante su atenta mirada, y la abracé, sin pensarlo dos veces. La abracé, como no lo había hecho hace años. Como había querido tantas veces. Como si nunca lo hubiera hecho en mi vida.

Durante algunos segundos, se resistió a abrazarme. Lo noté, sentía la tensión en su cuerpo. Pero, poco a poco, fue cediendo, hasta que se giró un poco sobre su asiento –de manera que quedáramos enfrentados- y rodeó mi cintura con sus frágiles brazos.

Olía a vainilla y menta, y no pude evitar sonreír al recordar que ese era el aroma de su shampoo, y que por lo visto no lo había cambiado. Hundí mi rostro en su pelo, estrechándola entre mis brazos con fuerza, mientras más lágrimas humedecían mi pecho, y sus manos sujetaban firmemente mi torso.
Una lágrima escapó de mis ojos, y recorrió lentamente mi mejilla izquierda.

Te extrañé, _______(tu nombre). No tenés la menor idea de cuánto te extrañé.

------------------------------------------------------------------------------------------------------
CHICAS!!!! ACÁ ESTÁ EL CAPÍTULO 3. ESPERO QUE LES HAYA GUSTADO, CAPAZ FUE UN POCO ABURRIDO PERO AHORA ES CUANDO EMPIEZA LO IMPORTANTE. 
EN LA DE HARRY VOY A ESTAR SUBIENDO EN ESTOS DÍAS.  ¡COMENTEN Y ÚNANSE AL BLOG POR FAVOR! DÍGANME QUE LES PARECIÓ EL CAP :)
LAS AMO!!!!
NATY.
 
ASK: ask.fm/seemehoran
SÍGANME EN TWITTER: https://twitter.com/0ursparksfly